miércoles, 7 de diciembre de 2016

El alien en el bosque.

Me encontraba en un parque, visitando a un amigo que tiene un hijo de la misma edad que el mío. El parque era pequeño, y consistía de una cancha de tenis, un campo de juegos y un sendero de concreto que rodeaba el parque. Pasando la cancha de tenis, solo había unos cuantos prados y muchos árboles.
Mientras nuestros niños jugaban, mi amigo y yo fuimos a caminar por el sendero hasta llegar a un pequeño camino de terracería que conducía directo a los bosques. Entramos en él un par de metros, pero nos detuvimos al escuchar algo. Ambos miramos a donde provenía el ruido, un pequeño barranco a unos veinticinco metros, y vimos algo moviéndose entre los árboles.
Nos mantuvimos en silencio y quietos cuando nos dimos cuenta de qué se trataba.

Al principio fue difícil verlo, porque era muy delgado y se movía lentamente. Y podríamos haberlo confundido con un árbol meciéndose en el viento, pero esta cosa no era un árbol. De hecho se movía como los pulpos en el agua, muy tranquilo y con movimientos lentos.
Para describirlo... bueno, imaginen una escoba. Pero en lugar de un cepillo, tenía muchas patitas largas y delgadas con las que caminaba por el suelo como un cangrejo. La parte al final del palo, lo que sería el extremo superior del mango, tenía una forma hinchada y deforme. 
Nos asustamos al verlo, porque no había una manera de explicar qué rayos era. No parecía un animal de la tierra, de hecho; porque ni siquiera los insectos se mueven así. 
Como ya dije, parecía un pulpo moviéndose en el fondo del océano, como en los documentales.
Sin decir algo, volvimos al campo de juegos, tomamos a los niños y salimos del lugar. Nunca he sabido como categorizarlo, pensar siquiera qué podría ser. Algún animal desconocido, una especie de insecto mutante o incluso un extraterrestre.
No sé. El solo contar la historia me da escalofríos.

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