sábado, 30 de marzo de 2013

El Hueco, parte 1.


 Nota: a esta criatura se le denomina "El Hueco"; porque en el tema donde se habló de su existencia por primera vez, se le comparó con una clase de personajes sobrenaturales del anime Bleach, por las características físicas que de acuerdo al autor; compartía con estos.
Esta historia fue sacada del archivo de 4chan.

Ok, he intentado escribir sobre esto por un largo tiempo, pero gracias a que vi los posts de gente con sombras hace rato; me siento con ganas de hacerlo en este momento.
Esta historia tuvo lugar durante la primavera del 2003; cuando me acababa de graduar en diciembre pasado y claro, no podía encontrar un trabajo (vamos, artes liberales!). Al ser primavera en Arizona, teníamos abiertas todas las ventanas y puertas de la casa; cubiertas solo con mallas de mosquitero. Siempre he sido un búho nocturno, y de hecho cuando tenía cinco o seis años usualmente hacía enojar a mis padres por esa misma razón.
Por lo regular cuando no voy a la escuela o no trabajo, entro en un horario nocturno de vida; lo cual al vivir en un desierto, es una buena idea. Una noche me dio sed y salí de mi habitación rumbo a la cocina. Para darles una idea; si uno se pone de pie en la entrada del pasillo principal, se puede ver la puerta de la cocina y la puerta de la calle a la vez. Así que, al salir del pasillo y girar hacia la sala; fue que vi y escuché la cosa más aterradora en mi vida.
Era algo que instantáneamente me hacía saber que no debería siquiera desear haberlo visto. Algo que se suponía debía estar oculto. Una especie de criatura que había estado ahí por mucho tiempo y que se suponía debía permanecer oculto tras un velo que los humanos no tendríamos que ser capaces de percibir. Fue algo que me aterrorizó.
Algo sobre esta cosa le decía a mi cuerpo que debía tener miedo y permanecer alerta.

Frente a la puerta estaba algo, un tipo de criatura que intentaba abrir la puerta usando la perilla sin mucha suerte; frustrado y gruñendo, golpeando la puerta con sus manos. La mayoría de ella parecía entrar en la misma descripción de la gente de sombras, pero con algunas diferencias: primero, tenía una 'cara' o 'cráneo' con pequeños dientes; y una especie de espacio entre su mandíbula y la parte superior del rostro, como una calavera dibujada. Tenía una especie de músculos que botaban la quijada, que también era blanca y con pequeños dientes afilados.
Su cuerpo era como los famosos 'monjes' que aparecen en las descripciones de la gente de sombras, pero se veía viscoso y casi líquido; definitivamente no transparente. De hecho ni siquiera reflejaba la luz. Sus brazos también eran blancos, pero segmentados como si fuesen escamas o huesos con el cuerpo negro separando cada sección. Una de las cosas más aterradoras sobre él, era que sus brazos salían directamente del cuerpo; es decir, no tenía hombros. Tenía dos dedos y un pulgar que entraba entre los dos dedos más lagos cuando cerraba el puño; y las puntas de éstos eran también blancas, como garras.
Lo peor eran sus ojos: un brillo rojizo y apagado, y digo apagado porque podías ver una pequeña línea en medio de su ojo como la pupila de un gato. Esos ojos penetrantes me aterrorizaron más que cualquier otra cosa.

La mejor forma en que puedo describir como se veía movía, es comparándolo con 'Sin Cara', de El Viaje de Chihiro (Spirited Away).
Así que ahí estaba, de pie frente a quien sabe qué cosa; y quizás hice un ruido inconsciente o fue capaz de percibirme, porque en el momento en que volteó y me miró, lanzó algo que parecía mezcla de un gruñido y un grito; retrocedió un par de pasos y cargó contra la puerta de la casa a toda velocidad; haciendo un gran ruido metálico.
Este sonido fue suficiente para despertar a mi perro; una cruza de labrador negro y pastor alemán que pesaba casi setenta kilos. Desde el día que lo recibimos fue un perro guardián y siempre actuó como uno.
Así que mi perro viene trotando, gruñendo hacia esta cosa; entonces se detiene y entra en modo total de ataque al verla en nuestra puerta. Gruñe mostrando los dientes y se agacha, listo para saltar y haciendo un gruñido que prácticamente era para decirle a esta cosa que se largara de ahí.
La criatura da un par de pasos hacia atrás y mira a mi perro. La máscara se mueve y pude ver que estaba pensando. Finalmente, lanza un ruidito casi gutural, que de ninguna forma era una risa; más bien era como si estuviese maldiciendo. Entonces comienza a intentar abrir la puerta de nuevo, más ferviente que antes hasta que eventualmente comenzó a soltarle zarpazos a las puertas metálicas de seguridad. No suficientemente fuerte para dañarlas, pero con la fuerza necesaria para que sus deditos dejaran pequeños agujeros en la malla; haciendo sonidos de 'click click click' mientras arrastraba sus brazos hacia abajo.
Fue en este momento en que me di cuenta de lo que estaba pasando. Sabía que estaba bien temerle a esta cosa, porque sabía que era peligrosa, tal vez mortal y con capacidad para matarme en cualquier momento. Pero luego me di cuenta de que por alguna razón no era capaz de atravesar la puerta de metal, y que podía ver fácilmente que le tenía terror a mi perro. La cosa lanzó un grito final y se fue hacia la oscuridad más allá de la luz de porche, tambaleándose de forma extraña.
Es gracioso como a veces cuando la adrenalina comienza a desaparecer y te das cuenta de que tus dedos están helados y como tu corazón late rápido; de hecho ahora me sentía más que sediento, ya sentía un desierto en mi boca.
Fui por algo de beber, y en cuanto entré a la cocina pude ver de nuevo a esa cosa.
Estaba de pie fuera de la puerta corrediza que daba de la cocina al patio. La criatura tampoco fue capaz de abrirla, y se veía muy frustrada; porque solo estaba ahí de pie, mirándome con esos ojos rojos. Al verlo, mi perro salió corriendo hacia la puerta; y la criatura salió disparada (nunca vi piernas o pies) hacia la barda de mi patio; donde se quedó parada y soltó otro gruñido. Solo permaneció sobre la barda, mirando a mi perro, luego a mi y de nuevo al animal.
El perro, sintiéndose superior; decidió ir al baño frente a la criatura, sin dejar de mirarla por un solo momento. Luego trotó de vuelta hacia mí.
No soy una persona religiosa, pero cuando tenía cinco años mi madre me regaló una medalla de San Cristobal; y me dijo que me protegería de todas las cosas malas en el mundo. Para este momento, estaba aterrorizado de verdad. Así que tomé mi medalla y encendí las luces de mi habitación. Y fue ahí cuando vi algo en la esquina de mi ojo izquierdo, y ahí estaba esa cosa de nuevo; fuera de la ventana de mi habitación.
Chilló de nuevo con un sonido que supe que era una risa, y su 'rostro' se curvó en una sonrisa burlona.
Pasé el resto de la noche mirando la ventana, viendoc omo la criatura me observaba de vuelta. Casi una hora antes de que el sol saliera, me volví a asomar por las persianas y ya se había ido. Finalmente pude volver a dormir, y mi perro permaneció a mi lado todo ese tiempo.

La noche siguiente, la cosa estaba de nuevo fuera de mi ventana en cuanto el sol desapareció. Me seguía por fuera de la casa cada que iba de mi habitación a la cocina o al baño, siempre observándome. Nunca intentó volver a entrar (o al menos no mientras yo lo veía), solo permanecía observándome cada noche desde el crepúsculo hasta el amanecer. Hizo esto por casi tres semanas, y una noche ya no volvió. Para ese momento me preocupó más que nada el que desapareciera. Mi perro también compartía mi perplejidad y se mantenía revisando todas las puertas y el patio en busca del ser.
El tiempo pasó, y tardé mucho tiempo en salir de noche. Eventualmente, una noche de agosto salí a sacar la basura por la noche. Y justo cuando abrí la puerta del garage, tuve la misma sensación sobrecogedora de miedo. No lo veía por ningún lado, pero algo me decía que estaba ahí. Podía sentirlo mirándome. No mep reguntes como ni porqué sabía que era un "él", pero se sentía como un ser masculino. Me detuve por un momento que me pareció eterno; y parte de mi cerebro me gritaba que corriera, pero otra me decía que ya no tenía porqué soportar esta mierda. Y fue lo que hice.
Saqué la basura y mientras lo hacía, inclusive me burlé y le dije "sé que estás ahí, ¿pero porqué te escondes?", y lo único que obtuve como respuesta fue una risa burlona y chillona proveniente de algún lado.
Esto continuó constantemente por un año. Cuando no lo veía o lo sentía, entonces aparecía de nuevo y me miraba por unos cuantos días más. Incluso a mi perro dejó de importarle. Lo volví a ver durante comienzos del verano del 2004; cuando estaba nadando en mi piscina de noche y tras sumergirme y salir del agua, lo volví a ver de nuevo de pie junto a la orilla de la piscina. La criatura hizo una especie de ruido que me pareció un 'hola'. Mi perro solo se tiró y lo observó; mientras que la criatura parecía estar sorprendida de que estuviera en el agua, e inclusive estiró su mano y tocó la superficie del líquido por un momento antes de hacer otro ruido y desaparecer.
Podía sentirlo mirando, pero ya no lo ví.
No quiero que crean que me volví amigo de un monstruo o algo así, pero luego de un rato me acostumbré y lo comencé a ignorar. Eventualmente dejó de pasar y rara vez aparecía. De hecho conseguí un trabajo nocturno en una pizzería y a veces al caminar de vuelta a casa a eso de la 1 de la mañana, podía sentirlo caminando por ahí.

El Ave negra de Crimea

Durante 1854 y 1856, el Imperio Ruso y una alianza conformada por Francia, el Reino Unido, el Reino de Sardinia y el Imperio Otomano disputaron la Guerra de Crimea, que tomó lugar en la península del mismo nombre; y algunos conflictos menores en Turquía del Este, el mar Báltico y el extremo oriental de Rusia.
En 1855, durante una feroz batalla de seis días; las tropas de los ejércitos combatientes en Crimea se dieron cuenta de que era 14 de marzo, y que el día siguiente sería 15; los famosos 'idus de marzo'. Los soldados, algo supersticiosos por las múltiples historias que involucraban sucesos ocurridos en los Idus, le imploraron a sus comandantes el declarar una tregua de veinticuatro horas; la cual fue aceptada y ambos bandos se replegaron a sus campamentos, dejando solo un campo de batalla silencioso y lleno de cadáveres.
Durante la noche, una pequeña banda de cinco soldados rusos planeó ejecutar una emboscada al pasar la media noche, manteniendo un poco el respeto por la tregua establecida de 24 horas. De acuerdo a los reportes, la banda reptó hacia las líneas enemigas; usando las luces de sus propios campamentos como guías por si se extraviaban. Al acercarse al centro del campo de batalla, los cielos sobre ellos se oscurecieron como si la luna hubiese desaparecido del todo; y el único sobreviviente del encuentro describió que al levantar la mirada, encontraron una criatura que se podría describir como un cuervo gigante y sin cabeza, dando vueltas sobre ellos como si fuera un gran buitre.
Los hombres se asustaron tanto por la imagen sobre ellos que decidieron regresar hacia su propio campamento. De acuerdo a los reportes de los franco-británicos, los vigías rusos localizados en las afueras del campamento, confundieron a los soldados con tropas enemigas y abrieron fuego. Tres de ellos murieron instantáneamente y el cuarto en ser asesinado se desangró hasta morir. Los rusos continuaron disparando y forzando al único sobreviviente a usar el cuerpo de un compañero como escudo.
El evento fue documentado por un reporte ruso que era completamente distinto: los soldados que patrullaban el campamento vieron acercarse no a cinco compañeros rusos, si no a un grupo de cinco turcos que corrían gritando hacia ellos en la oscuridad de la noche, vestidos con turbantes y túnicas. Los rusos abrieron fuego pensando que eran soldados enemigos, pero de pronto vieron la razón de los gritos de sus objetivos: tras los 'turcos' venía un gran enjambre de criaturas similares a murciélagos. Posteriormente, según registros históricos; a la medianoche en cuanto terminó la tregua, los turcos escucharon la historia y pensando que se trataba de soldados suyos, abrieron fuego contra los rusos y comenzó lo que se convertiría en una de las batallas más sangrientas de la guerra de Crimea.
Algunos investigadores han enlazado estos eventos con lo que quizás sería el primer avistamiento de la criatura que posteriormente sería conocida como el Mothman y el Ave Negra de Chernobyl, un aparente mensajero de desastres próximos a ocurrir. Investigadores escépticos por otro lado, han atribuido este suceso a la aparición de grandes buitres interesados en un campo lleno de cadáveres.